Speculum alchemiae, los enólogos alquimistas
Los enólogos, pueden ser considerados en el
transcurso de la historia como "el espejo de la alquimia", siendo esta una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combinaba elementos de
la química,
la metalurgia,
la física,
la medicina, la astrología, el misticismo, el espiritualismo y el arte, en definitiva, un sistema filosófico, espiritual y esotérico.
La base de la enología, es el conocimiento de la naturaleza y de las sustancias elementales, de la química, la física, la bioquímica de los aromas y de cómo se crean y se desarrollan, y de tantas otras ciencias que acompañan la práctica enológica, y después de profundas meditaciones se pasa a poner estos conocimientos, pensamientos e intuiciones a la práctica.
A menudo, en la historia, las carencias de conocimientos debían suplirse con la experimentación, las tradiciones y muchas especulaciones para profundizar en este arte.
El enólogo alquimista trabajaba la facultad de transformar una sustancia o materia en otra distinta, el azúcar en alcohol, el ácido málico en ácido láctico, la uva en aromas...
Estos personajes han sido predecesores de la química enológica, y de la bioquímica enzimática que tiene lugar en levaduras y bacterias.
Hoy en día, debido a la complejidad del proceso y a las numerosas variables que le acompañan, aún perdura el sentido más metafísico, el que abarca el desarrollo del crecimiento interior y sensorial, tanto del enólogo como del catador.
El vino tiene el poder para influenciar o incidir en la realidad. La alquímia, permite desarrollar en el enólogo, una mente mágica que junto a la fuerza del espíritu moldea a voluntad las circunstancias. Cuantos más pensamientos positivos manifestamos, más optimismo destilamos, logrando mejorar la percepción de los catadores, incrementando emociones y relaciones personales.
"La alquímia del poder del pensamiento. El científico Giacomo Rizzolatti de la Universidad de Parma, demuestra que el sistema que rige la empatía está localizado en el cerebro y le da el nombre de "neuronas espejo" a un complicado entramado de células cerebrales que permiten captar la intención de otras personas, predecir a su comportamiento e incidir en el entorno. Según las investigaciones, estas neuronas activan la capacidad de asimilación sensorial y la percepción subliminal del entorno. A mayor empatía, es decir, -a mayor cantidad de neuronas espejo-, mayor capacidad de respuesta frente a las situaciones y experiencias de la vida."